Huautla, Hgo. — Solo los pilares quedaron en pie. Todo lo demás —el concreto, las vigas, los barandales— fue arrastrado por la fuerza del río Calabozo, que el pasado fin de semana desató su furia y destruyó por completo el puente de Tamoyon Primero.
La corriente no tuvo piedad: una parte de la estructura terminó enroscada en un cárcamo, otra quedó retorcida metros adelante y una tercera fue a dar al otro lado del afluente. Tras el desastre, 18 comunidades quedaron aisladas, sin paso, sin víveres y con la incertidumbre de no saber cuándo podrían volver a comunicarse. Durante días, los pobladores miraron desde la orilla lo que antes era su único camino. Pero entre la desesperación surgió también la solidaridad: el ayuntamiento de Huautla, encabezado por Jorge Alberto Hernández Cortes, consiguió una lancha para cruzar el río y llevar alimentos, agua y esperanza a las familias incomunicadas.
Para quienes requieran el servicio, la embarcación operará de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, facilitando el traslado de personas y víveres mientras se trabaja en la rehabilitación del paso.
Aunque el puente se perdió, la unión de la gente de Huautla demuestra que ni la corriente más fuerte puede arrastrar la voluntad de levantarse.